Aquí estoy filosofando, lo que da de sí una espina. Antes
de acostarme me comí un tuno. Lo tuve que pelar y en ese momento, me clave una
espina. Una espina puede ser insignificante, era casi invisible y casi que no
la veía, era yo infinitamente más grande que esa espina, mucho más volumen,
mucha más fuerza, y mayor tamaño…
Pero esa simple espina, tan chiquita clavada
en mi dedo, una cosa tan ínfima era capaz de molestar, capaz de hacerle ver a
mi sistema, aquí estoy.
Y esto me hizo reflexionar en que esa es la tenacidad que necesitamos tener, esa es la
fuerza y la grandeza que debemos alcanzar. De que aunque seamos tan pequeños en el
mundo, se note que estamos ahí. Y no por poder, no por ego…
Que se note que
estamos ahí para ayudar a nuestro alrededor, para sentir nuestro entorno. Para dar amor,
y que ese amor se note como se hace notar una espina.
Que ese amor haga que tu
sistema despierte y diga, ahí esta. Que de ella brote y mueva todo un sistema,
que todo nuestro ser se dedique a buscar esa espina.
Instagram: @cristinariverot
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