Y es que nos pasamos la mayor parte del tiempo excusándonos con problemas inexistentes para postergar el realizar aquello que de verdad nos llena el alma. Cierto es que existen muchos "no puedo", eso es una realidad pero, después del no puedo pregúntate el "¿Por qué no puedo?". A veces eres tú mismo quien boicotea tus propios planes por no fijar el objetivo. Te vendas los ojos solo para ver aquello que más te deslumbra sin ser capaz de disciplinarte para conseguir tu reto.
Deja de culparte, deja de culpar a otros y empieza a ser responsable de ti mismo. Mejor coge esa culpa y conviertela en lo que quieres, si no lo haces no hay motivo alguno para que sigas cargando contra ti o contra la otra persona. Solo tú eres el responsable de ti mismo y cuando lo entiendas ya habrás recorrido una buena parte de tu propio sendero.
¡Vive!
La vida es hoy y mañana quien sabe. Mira hacia atrás y analiza, aprende de los errores y entiende que todo sucede por una razón y esa razón te ha llevado al día de hoy. De todo se sale y de todo se aprende. Simplifica y no te compliques.
Deja que las cosas sigan su curso y no crees un problema donde no lo hay.
"Silencia la mente y sube el volumen al corazón"
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