Hubo un tiempo en que cada mañana al despertar, en mi jardín encontraba mierda de un animal grande.
Me frustraba porque no había ni tenía forma de librarme de la desagradable entrega matutina.
Me deprimía y enfadaba luchando por mantener mi jardín siempre limpio.
Mis flores estaban abandonadas porque me entregaba a la tarea de limpiar y vigilar mi jardín…
Hasta que un día me di con la mierda en las narices. Empecé a utilizarla a mi favor y aboné mis flores marchitas.
En poco tiempo mi jardín floreció, mi alegría volvió y aprendí que la mierda que llega, ¡es abono gratis!
Ante las dificultades de la vida, aprendamos y aprovechemos para enriquecernos, abonarnos y llenarnos de valor. ¡De ti depende!
Si has llegado hasta aquí, te agradezco tu tiempo para leerme a la vez que te agradezco tu “Me gusta” y “Compartir” 💖
